El
Génesis relata el episodio de Judá, el hijo de Jacob, con su nuera
Tamar. Judá se casó con la hija de un cananeo llamado Súa, la cual
le dio tres hijos en este orden: Er, Onán y Selá. Er desposó a
Tamar, pero murió sin tener heredero. Tamar, pasando el tiempo y
pensando que Judá nunca le daría a su último hijo por esposo, se
disfrazó de prostituta y tuvo relaciones carnales con su suegro, que
había quedado viudo. Tamar quedó embarazada.
A
los tres meses, dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada, por lo
que ordenó que la ajusticiasen como castigo por su adulterio. No
obstante, Tamar probó gracias al sello y el bastón de su suegro que
era él quien la había embarazado. Judá la perdonó, ya que se
sentía culpable por no haberle dado a su hijo Selá. Tamar alumbró
dos gemelos: Farés y Zara.
Fuente: Imágenes de Google |
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