La historia relata que tres jóvenes estudiantes universitarios se hospedaban en una residencia de la universidad de Oxford. Contaban con el privilegio de ser los únicos que tenían sus habitaciones en la vieja torre, con lo cual cada uno disponía de la suya propia. A parte de los tres estudiantes, el único que habitaba en la torre, era el sirviente que los atendía.
Estos chicos se llamaban: Smith, Bellinghan y lee. Estudiaban distintas carreras y entre ellos no se conocían.
Una noche, un amigo de Smith, que estudiaba medicina como él. Le recomendó que no entablara mucha amistad con uno de ellos, concretamente con el estudiante de lenguas orientales, Bellinghan.
Le confesó que era un tipo siniestro, con costumbres y vicios ocultos.
Una vez que marchó su amigo, se metió en cama con la intención de dormir. Cuando el reloj daba exactamente las 12 de la noche, se escuchó un ruido muy fuerte que provenía de la habitación de Bellinghan. Bajó rapidamente y cuando entró en su habitación, encontró al otro estudiante junto a Bellinghan intentando reanimarlo. Este estaba tirado con el rostro desencajado y la mirada totalmente perdida, obviamente se había llevado un susto de muerte.
Smith, levantó la vista y pudo ver en un sarcófago, una momia con un aspecto horripilante. En el sarcófago se podía leer una inscripción que ponía LOTE NUM. 242. Pudo imaginar que todo esto, tuviera algo que ver con el estado en el que se encontraba su nuevo amigo.
Lee confesó que no era la primera vez que le ocurría.
Lee y Bellinghan, se conocían desde hacía algún tiempo, porque la hermana de Lee era la novia de Bellinghan.
Pasaron los días y a pesar de las advertencias de su viejo amigo, Smith, hizo amistad con Bellinghan.
Le apasionaba todo lo que le contaba de Egipto, incluso se intercambiaban algún libro. Todo esto le hizo comprobar que no era un tipo tan extraño como le había anunciado Hastie (su amigo).
Smith llevaba algunos días escuchando conversaciones de Bellinghan ,como si tuviera algún acompañante, cuando realmente sabía que nadie lo visitaba.
Un día escuchó como se cerraba la puerta de golpe, fue inmediatamente hasta su habitación y pudo comprobar que no había nadie, tampoco estaba la momia en su caja. Esto le sorprendió porque en las otras visitas, la momia siempre estaba en el mismo sitio.
En varias ocasiones, escuchaba pasos que entraban y salían de su habitación y Bellinghan se escudaba diciéndole a Smith que era su perro, aunque nunca le habían visto ninguno.
Estes hechos le hicieron pensar que su amigo tenía razón. Más todavía se afianzaron sus sospechas cuando Hastie le contó lo que le había ocurrido a otro estudiante (Northon) de la universidad; fuera atacado por sorpresa por un animal muy extraño.
Cuando Northon caminaba tranquilamente, el extraño animal se le echó al cuello y casi lo degüella, dejándole todo el cuerpo lleno de marcas. Nadie se podía imaginar que clase de alimaña le atacara.
Hastie, le contara a Smith que Bellinghan no tenía buena relación con Northon, ya que ambos,tiempo atrás, tuvieran un altercado.
Días más tarde, Smith bajó al piso de Bellinghan y cuando se estaba acercando, escuchó una fuerte discusión entre Bellinghan y Lee, a tal grado llegó la disputa, que Lee le gritaba a Bellinghan que iba convencer a su hermana para que lo dejara y que desvelaría a todos el secreto que tanto tiempo mantuviera oculto. Este comentario enfureció más todavía a Bellinghan.
Horas más tarde Lee reunió a Smith para aconsejarle que se cambiara de habitación y que se mantuviera lo más lejos posible de Bellinghan, No le explicó los motivos, pero Smith los conocía sobradamente.
Al día siguiente Hastie viene avisar a Smith que Lee se estaba ahongando y que si no intervenía rápido no tendría salvación. Fueron los dos corriendo para evitar su muerte y allí tirado en un sofá de una caseta que tenía Lee junto al lago, estaba el joven estudiante medio moribundo. Smith, pudo reanimarlo y al fin salvarlo. Misteriosamente alguien lo había empujado al lago.
Momentos antes de ir al rescate de Lee, Smith pasara por delante de la habitación de Bellinghan y pudo comprobar que la momia volvía estar en su sarcófago, cuando minutos antes, la caja estaba vacía.
Bellinghan y Smith se encontraron en el pasillo y este último le confesó que conocía su secreto y le prometió que si cometía otro delito más lo denunciaría.
Para perder de vista a este sujeto, decidió ir a visitar un viejo colega que vivía no muy lejos de la residencia. Le apetecía ir paseando para tratar de olvidar todo lo acontecido.
Cuando ya llevaba recorrido unos cuantos metros, le pareció escuchar unos pasos detrás de él que le perseguían. Cuanto más aceleraba el paso, también lo hacía su perseguidor. Llegó a un punto en que el miedo se apoderó del joven y empezó a correr como un loco para poder llegar a duras penas a casa de su amigo.
Le contó todo lo que había ocurrido y este no podía dar crédito de lo que estaba escuchando. Su amigo le preguntó que conclusiones sacaba de todo esto y Smith le contestó que Bellinghan, en sus apasionadas averiguaciones sobre los egipcios, había logrado adueñarse de la momia y que a partir de ahí utilizaba este ser para cometer sus delitos.
Smith le hizo firmar un papel a su amigo en donde declaraba que iba acabar con ese engendro, aunque para ello, tuviera que matar a su dueño.
Entonces se decidió a entrar a su habitación y a punto de pistola, le obligó a quemar la momia y todos los pergaminos que estaban relacionados con sus estudios de Egipto.
Con esto se acabaran los misterios en Osford.
Fuente: Imágenes de Google
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